Para mi gran amigo Paquito Ingelberts
Mis manos de ahora
escriben para perder la ceguera.
Escriben dando saltos sobre los azulejos.
Y nosotros,
escribimos con el objetivo de deshilachar respuestas,
de zurcir entresijos.
Escribe pensando en que mañana sus personajes tocarán a la puerta,
entonces se acabará la soledad.
Escribes y el mundo se detiene.
Hay silencios que gritan,
las letras se estremecen,
tu mente ya no es tuya.
Escribo poesía porque los sentimientos me lo exigen,
los recuerdos,
las imágenes,
el ayer,
hoy.
Todo me habla,
vives un nocturno, dijiste vos.
Tenés razón,
y es que cargo en mis dedos lágrimas
que garabatean sobre el papel.
Vos llevás pinceles,
escribís lienzos.
y hay otros, por ejemplo, que escriben
radiografías.
La página siempre está a la espera,
los caracteres a veces llegan tarde.
Pero siempre están ahí para seducir al papel.
Por eso no dejes,
no dejen,
no deje,
no dejo,
no dejemos de escribir.