Mutis, las sombras juegan a las damas chinas con la luna.
Paredes se sofocan entre sí para ver quién logra ser la primera en revelar los [secretos del día.
Las ventanas sollozan el bezo flemático del viento.
La madera artrítica y la cañería no dejan de toser.
En cada calle una luciérnaga se prostituye.
Esquina y orilla, tejen con ganchos cementados.
El eco grita en lenguas y los perros refutan.
Algunas noches, hay manos que son alas para la piedra que siempre quiso ser [pájaro.
Lo inamovible adquiere savia en un abrir de luna y cerrar de sol.
sábado
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